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Mostrando entradas de junio, 2013

Perdido en el paraiso

Me perdí en mi isla y ahora recuerdo un nuevo sentir,  las olas empujan mi viaje,  miles de cosas por descubrir. Vuelvo a temer el amanecer. Y solo tengo ganas de tener la luna a mi vera. Soy un alma errante que decidió crear su destino. Miles de recuerdos pasan por mi mente y un ente pequeño, mercuriar me hizo aminorar el paso,  fijarme en la belleza de los primeros pasos,  en detenerme en la casualidad, ahora veo todo más despacio, una lenta verdad en la que volver acreer. Este verano aprenderé a volar.

Que rápido vivimos los humanos ....

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Que rápido vivimos los humanos cuando nos damos cuenta lo poco que necesitamos para ser felices, que bien vive aquel que es escuchado desde lo mas profundo de su ser… Idas y venidas de un palindormo, de un surco en la arena que no deja explicación ¿Donde está el viento? ninguna respuesta es valida para la perdida del corazón salvo la propia cura del alma, si la tenemos.... ¿Recuerdas? palindormo, desautomatización, nexo corticoidal, soy un ciclotimico reconstruyendo los vasos rotos de un planeta que se aproxima hacia nosotros ¿Lo ves? granos de ceniza y cuero manchan las lúgubres sepulturas ¡Melancolía pasara de largo!, no se estrellará, científicos que van de sabios, sabios que creen ser científicos y al final. Luz.  "You have to be an artist and a madman, a creature of infinite melancholy, with a bubble of hot poison in your loins and a super-voluptuous flame permanently aglow in your subtle spine [...], in order to discern at once, by

Mañana dirán que soñar es ilegal.

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D os sombras tumbadas sobre la acera , una pequeña cálida brisa de viento sigue anunciando el verano, y un silencio infinito solo deja escapar el ruido de algún gato. El la coge de improvisto,  como siempre . La coge de la mano y la levanta apuntando hacia arriba. -¿ Ves allí en lo alto del cielo, junto a aquella nube con forma de elefante esa  estrella que brilla tanto? - Sí. Ella asiente, y cuando el baja la mano ella la mantiene,  sabe que no quiere perder aquel instante,  siempre le gustó el tacto de la mano de aquel muchacho. -Pues en los días en los que siento que me faltas o necesito aclarar mi cabeza, comienzo a mover los brazos y vuelo hasta allí. La sonrisa de el,  inevitable . - Idiota,  eso es imposible tu no puedes volar. -Pues te digo que no solo eso,  sino que también me siento en una piedra y desde allí me paso los años  muertos mirando tus ojos. Se ruboriza,  ese cosquilleo otra vez,  tiene tantas cosas que decir y sin embargo tanto miedo.  Se fija

Cuento sin titulo.

Érase una vez, en un lugar lejano donde la lluvia cae hacia abajo y los pájaros planean, un príncipe que gobernaba a todos por igual. Él era justo y obediente a las reglas en los juicios, era comprensivo y raramente se condenaba a alguien a la horca. Una de las cosas que hacían tan dichoso y justo a este príncipe era su forma de expresarse. Al no conocer dolor y tristeza alguna en la vida, cada palabra que decía era sincera y no estaba manipulada. El príncipe podía hablar de amor y sentirlo, podía describirles a los súbditos cómo era la lluvia y hacer que todos se sintieran empapados. En una ocasión en la que en sus manos portaba un bebé abandonado, tan lisa y pura fue su palabra que el propio infante habló ante más de cien personas diciendo quién lo había abandonado. Creedme estas palabras, pues son veraces en todo su contexto y os puedo asegurar que yo mismo lo vi  hacer llorar a un paralítico al recordarle cómo era el caminar. Su tío, al observar que el príncipe al ser rey serí

Je vous montre le chemin.

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 Je vous montre le chemin. Y me dejas sin habla cada vez que el brillo de labios cae en ti. No puedo repetir esta parte de mi vida, nadie sabe de donde viniste y de donde aparecí yo, Pero algo queda en el aire, todo tiene un porque, relajas la expresión y vuelves a sonreír con melancolía y con la expresión de llevar una carga injusta. Tomo tu mano de suave piel y me acerco a besarte, levemente tus ojos sueltan lagrimas al aire y me miras intentando que comprenda todo tu mundo, un sendero caótico al donde no quieres ir. Nos disponemos a volar a un lugar donde no exista lo social, donde no haya almas que controlen esto, donde tus cabellos sean libres de sus caprichos y yo quien decida cuando negarlos. Las brumas se extienden sobre ti y te refugias cabizbaja bajo mi ala, sigues mirando al infinito de mi alma, tocando la lluvia de madrugada, susurrando que quieres seguir leyendo esta historia. Ya no eres Lolita, ya no eres una ni

No mires ahora.

El sol se halla en lo alto. En la urbanización el ambiente esta reseco y se pueden observar parejas de tórtolas ir de un lado a otro como si siguieran el sonido de los gatitos que se esconden en los arbustos cercanos a la calle principal. Un hunday coupe plateado con el morro rasgado se acerca silenciosamente hacia la parcela numero 91, en el solo se pueden ver las sombras de una mujer rubia con un vestido oscuro y en la parte trasera un chico de unos 15 años. El coche se detiene y al abrirse las puertas el aire acondicionado escapa apresuradamente para reunirse con el calor. La delgada mujer recoge del estrecho maletero del coche una maleta plateada y una mochila estudiantil con adornos de calaveras grises, las coloca en frente de la puerta y acto seguido ajusta la camisa del muchacho, le da un beso en la mejilla y borra el rastro de carmín. El chico mira hacia abajo como presintiendo que algo va a cambiar en el momento que su madre toque ese timbre. El sabe que esta apunto de termin